Cuando llegué a la comarca de Pinares en la provincia de Soria, casi de un día para otro, sin pensar demasiado… no esperaba escribir un poemario sobre el agua; tenía en mente otro trabajo sonoro pero no este y tenía en mente otro libro pero no este. Y brotó como brota el agua en primavera. Solo me dejé llevar. Primero llegó el silencio del invierno, luego los cantos de los pájaros y del correr del agua y luego las palabras de los poemas.
Y cada día un encuentro de creación con la naturaleza. Soria da para eso y más, y está bien que sigua siendo una desconocida para tener el placer de descubrir la belleza de sus tierras.
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